En la resolución, se resalta la necesidad de aumentar los recursos destinados a salud mental para tratar diversas problemáticas que enfrentan niños, niñas y adolescentes y, así, reducir indicadores negativos, por ejemplo, en materia de suicidios o de consumo de drogas.

Requerir al Presidente de la República que considere enviar al Congreso Nacional, a la brevedad posible, un proyecto de ley que establezca un plan de salud mental integral permanente con enfoque en niños, niñas y adolescentes, es la finalidad de la resolución 1046, aprobada en forma unánime por la Sala de la Cámara.

El texto es de autoría del diputado Sebastián Keitel (Evópoli) y de la legisladora Pamela Jiles (PH). En él se explica que el indicador “Años de Vida Ajustados por Discapacidad” (AVAD) se usa para cuantificar el número de años que no se vivió plenamente debido a que una enfermedad causó discapacidad o la muerte prematura de la persona.

El documento detalla que Chile, junto a Costa Rica, presentan dos de los indicadores más altos de la región, con 2,1%. Encabezan la lista Canadá y Estados Unidos. Esta situación comprende desórdenes de salud mental, abuso de sustancias, suicidio y desórdenes neurológicos específicos.

Se resalta que la atención de salud mental de niños, niñas y adolescentes presenta importantes brechas en todos los niveles. Así, se tensionan las redes de salud con otros sectores (protección de la infancia, educación y tribunales) para lograr una resolución más oportuna.

El texto también expone que la OMS recomienda que los recursos en salud de cada país se asignen de manera proporcional a la composición de su carga de enfermedades. De tal modo, se plantea que se derive más apoyo a las personas que tienen mayor peso en los AVAD.

Sin embargo, se acota que el promedio global del gasto en salud mental es de tan solo un 2,8% del total en salud. Y, en el caso chileno, se constata que, en el presupuesto total de salud nacional, la salud mental estaría siendo subvalorada.