En los últimos tiempos, la conducción del delegado Presidencial Regional de Ñuble, Gabriel Pradenas (RD), ha sido objeto de cuestionamientos y tensiones por parte de los partidos del bloque oficialista. Su accionar ha revelado una serie de problemas, como diferencias entre autoridades, una relación escasa o deficiente con los partidos y una falta de liderazgo. Además, el conflicto surgido entre los gobernadores y el Ejecutivo por el proyecto que busca eliminar la figura de los delegados ha contribuido a agravar la situación.

Uno de los aspectos que ha generado descontento es el nombramiento de la directora del servicio de Salud Ñuble, quien se dice que es cercana a Pradenas y no tiene afinidad política con el sector. Esto ha generado reacciones encontradas entre los partidos del oficialismo local, a excepción de Revolución Democrática (RD), que expresó su apoyo a la candidata. No obstante, incluso la directiva regional de RD manifestó su disconformidad con el respaldo brindado por el delegado.

Además, se han evidenciado públicas diferencias entre Pradenas y el gobernador regional, Óscar Crisóstomo, en asuntos sensibles como el proceso de reconstrucción después de los incendios forestales. Crisóstomo ha tomado un rol protagónico al interior de la Asociación Nacional de Gobernadores, criticando al Ejecutivo por el proyecto que busca eliminar la figura de los delegados. A su juicio, esta iniciativa no resuelve el problema y otorga más atribuciones a los representantes del Presidente en las regiones.

Estas divisiones internas y la mala gestión de Pradenas han tenido repercusiones en las últimas elecciones, donde la región de Ñuble mostró el mayor porcentaje de votos en contra en el plebiscito constitucional. Además, en la elección de consejeros, dos representantes de derecha fueron electos, obteniendo más del 65% de los sufragios.

En resumen, la gestión del delegado Gabriel Pradenas en Ñuble ha sido objeto de críticas y tensiones debido a diferencias con los partidos del oficialismo, una relación escasa con las autoridades y una falta de liderazgo. Estos problemas han afectado la instalación del gobierno en la región y han generado disputas internas que han debilitado al oficialismo local. La pregunta que surge ahora es si habrá un cambio de liderazgo en la región y si Revolución Democrática podrá mantener su influencia o si surgirá un nuevo liderazgo desde Convergencia Social.