“Esta tecnología proporciona información más precisa y objetiva sobre las probabilidades de éxito individuales según los óvulos recuperados luego de la punción folicular, lo que permite una toma de decisiones oportuna más informada y personalizada”, explica Naomi Inoue Sakamoto, jefe de laboratorio UMR de Clínica de la Mujer y Medicina Reproductiva en Viña del Mar

La inteligencia artificial (IA) ha revolucionado diversos ámbitos del quehacer humano, y el campo de los tratamientos de fertilidad asistida no es la excepción. Gracias a su implementación, es posible optimizar procesos clave, acortar los tiempos y aumentar la precisión en cada etapa del tratamiento, facilitando así mejores diagnósticos y decisiones médicas.

En Chile, Clínica de La Mujer de Viña del Mar, a través de su  alianza  con  Future Fertility, está implementando esta tecnología en tratamientos de fertilidad asistida, colocando al país a la vanguardia  de la reproducción asistida en Latinoamérica. 

Naomi Inoue Sakamoto, jefe de laboratorio UMR de Clínica de la Mujer y Medicina Reproductiva en Viña del Mar explica que “la incorporación de la inteligencia artificial en los laboratorios de reproducción asistida ha transformado significativamente la evaluación de óvulos y embriones para una mejor toma de decisiones. A través de algoritmos avanzados, los sistemas de IA pueden analizar una gran cantidad de datos de imágenes de manera más precisa y objetiva que el ojo humano. En el caso de los óvulos, esta tecnología nos permite evaluar la calidad ovocitaria, con el fin de predecir el número de embriones y nacido vivo después de la punción folicular. Como resultado, se pueden tomar decisiones más informadas y personalizadas sobre el tratamiento a seguir según las características individuales de cada paciente”.

Respecto a las ventajas  que ofrece la inteligencia artificial en comparación con los métodos tradicionales para evaluar la calidad de los óvulos en tratamientos de fertilidad, la experta indica que “la IA ofrece una precisión y objetividad superiores en la evaluación de la calidad de los óvulos en comparación con la evaluación morfológica estática”. 

“Al analizar una gran cantidad de datos de imágenes de manera más rápida y exhaustiva, los sistemas de IA permiten identificar con mayor exactitud los biomarcadores que indican la viabilidad ovocitaria. Esto se traduce en una reducción significativa del tiempo de espera para obtener resultados precisos, lo que disminuye la ansiedad de las pacientes y permite tomar decisiones terapéuticas más oportunas. A diferencia de la evaluación morfológica del embriólogo, la IA proporciona una evaluación estandarizada y reproducible, minimizando el margen de error y aumentando la confianza en los resultados, esta herramienta proporciona información que ayuda a comprender objetivamente las probabilidades de éxito según los óvulos recuperados”, agrega.

Respecto al  impacto  que tendrá el uso de inteligencia artificial en la tasa de éxito de los tratamientos de fertilización asistida en Chile, la profesional indica que si bien “es difícil establecer un porcentaje exacto sobre el impacto de la IA en el aumento de las tasas de éxito de los tratamientos de reproducción asistida en Chile, ya que esto puede variar según diversos factores como la clínica, la experiencia del equipo médico, las características de los pacientes y los avances continuos en la tecnología, sí podemos afirmar que la IA no necesariamente aumentará drásticamente las probabilidades de embarazo de manera generalizada; su principal valor radica en proporcionar información más precisa y objetiva sobre las probabilidades de éxito individuales según los óvulos recuperados luego de la punción folicular, lo que permite una toma de decisiones oportuna más informada y personalizada”.

“Es esencial reconocer que, a pesar de sus avances, no es una tecnología infalible, su uso deberá ser complementario a la decisión clínica, sin menoscabar la autonomía de los profesionales de la salud”, indica.

Para finalizar, la profesional es enfática en recalcar  que “es importante destacar que la IA es una herramienta complementaria y no sustituye la experiencia y el juicio clínico de los especialistas”.