Presencia del escarabajo de la corteza del pino, Hylurgus ligniperda, existente en Chile desde la década del 80, genera pérdidas considerables cada año, por lo que resulta indispensable su control.

Con la finalidad de reducir la presencia del insecto plaga Hylurgus ligniperda en plantaciones de
pinos radiata del país, investigadores de INIA Quilamapu trabajan en el desarrollo de un cebo
aromático capaz de atraer este escarabajo. Este innovador sistema de control resuelve las
dificultades que impone el insecto adulto que, a pesar de sus 5 milímetros de largo, perfora la
corteza de algunos árboles y crea un sistema de galerías entre la corteza y la madera, donde se
desarrollan y reproducen, debilitando la estructura del árbol lo que permite la entrada y acción de
hongos.
Esto hace que la presencia de este insecto, conocido también como escarabajo rubio de la corteza
del pino, sea una plaga forestal de importancia económica que afecta los principales mercados
madereros del mundo, con tendencia a incrementarse producto de las alteraciones generadas por
el cambio climático.
Originario de Europa y África, este diminuto insecto fue calificado como plaga, por primera vez, en
Nueva Zelanda en 1970. En Chile, fue detectado en 1985 lo que generó inquietud en el sector
forestal que en la actualidad representa entre el 3 y 4 % del PIB nacional.
En nuestro país, el principal hospedero de este insecto es el pino radiata, especie que ocupa en
torno al 70 % de la superficie plantada, desde donde surgen distintos productos de exportación,
como la madera aserrada y otros con valor agregado. Sin embargo, en los últimos años estas
exportaciones se han visto afectadas por la presencia del insecto, lo que ha impulsado la urgencia
de encontrar formas de control efectivas
La tecnología de los semioquímicos
Es en el laboratorio de Ecología Química del INIA Quilamapu, en Chillán, donde se desarrolla una
innovadora forma de control de plagas. Se trata del uso de aromas naturales o semioquímicos que
basan su accionar en esencias irresistibles para este gorgojo.

El investigador y encargado del laboratorio, Ricardo Ceballos, indicó que “estamos trabajando en
el desarrollo de un cebo degradable específico para Hylurgus ligniperda que liberará compuestos
volátiles que resultan muy atractivos para este insecto”. En este aspecto, el científico sostuvo que
la investigación se basa en estudios propios que demostraron la atracción de este gorgojo por un
tipo de semioquímicos volátiles emitidos por el pino radiata, especie que le proporciona el
sustento apropiado.
El cebo, que se encuentra en fase de validación, podría ser el primero en el mundo con carácter
exclusivo para atraer a este insecto. Ceballos detalló que en otros países se han logrado cebos de
semioquímicos genéricos, destinados a todo tipo de escarabajos, pero que el desafío impuesto en
el laboratorio de Ecología Química de INIA Quilamapu, fue mayor.
El investigador resaltó la importancia de lograr un buen formulado, como el caso del cebo, ya que
protege los semioquímicos de factores ambientales, con la consiguiente mejora en su eficiencia y
prolongación en el tiempo. En cuanto a sus características de uso, sostuvo que el cebo tendrá el
formato de cápsulas, lo que facilitará su manejo, transporte y almacenamiento.
Este primer cebo para el control de este escarabajo de la corteza del pino se está desarrollando en
el marco del proyecto “Desarrollo del control etológico y biológico para escarabajos de la corteza
del pino”, el que es financiado por la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo (ANID), con el
aporte de Biobichos y la colaboración del Consorcio Protección Fitosanitaria Forestal.
Ricardo Ceballos, ingeniero forestal y especialista en ecología química de insectos, destacó que
para la identificación de los compuestos atrayentes, se realizaron experimentos electrofisiológicos
y de comportamiento en conjunto con análisis químicos, todo lo cual permitió conocer los
compuestos volátiles (olores) que generan atracción o rechazo en el insecto. Ello dio paso al
proceso de generación de un formulado (cebo) que, en los próximos años, podrá ser aplicado en
plantaciones forestales y capturar el insecto.