Investigación publicada en The Lancet, con participación de académicas chilenas, destaca que factores como la obesidad, hipertensión, sedentarismo y tabaquismo son modificables y tienen un impacto directo en el riesgo de desarrollar demencia.

Un reciente estudio publicado por el grupo permanente de expertos en demencia de la revista The Lancet reveló que el 45% de los casos de demencia a nivel mundial pueden prevenirse, al estar asociados a 14 factores de riesgo modificables. La investigación fue liderada por el Dr. Carlos Celis, de la University of Glasgow, e incluyó la colaboración de investigadoras de distintas universidades chilenas, entre ellas la Universidad Católica de la Santísima Concepción (UCSC), a través del Centro de Investigación en Educación y Desarrollo (CIEDE).

La publicación, titulada “El 45% de los casos de demencia se atribuyen a 14 factores de riesgo modificables” (DOI: 10.4067/s0034-9887202500020015), plantea un enfoque preventivo integral, proponiendo que las estrategias de cuidado deben comenzar en la niñez y mantenerse a lo largo del ciclo vital, no solo en la adultez o vejez.

Los 14 factores de riesgo modificables identificados por el estudio son:

  • Bajo nivel educativo

  • Pérdida auditiva

  • Colesterol LDL alto

  • Hipertensión arterial

  • Tabaquismo

  • Obesidad

  • Depresión

  • Inactividad física

  • Diabetes

  • Consumo de alcohol

  • Traumatismos craneales

  • Contaminación del aire

  • Aislamiento social

  • Pérdida de visión

En Chile, los datos de la Encuesta Nacional de Salud 2016-17 del MINSAL muestran una alta prevalencia de varios de estos factores: 27,6% de la población tiene hipertensión34,4% presenta obesidad33,4% es fumadora activa, y el sedentarismo en el tiempo libre alcanza el 87%.

“La evidencia es clara: tenemos una realidad preocupante que, combinada con el envejecimiento progresivo de la población chilena, puede generar un aumento significativo en los casos de demencia en las próximas décadas”, advirtió la Dra. Claudia Troncoso, académica colaboradora de la UCSC en el estudio.

Troncoso enfatizó que la prevención debe ser una responsabilidad compartida entre personas, familias, profesionales de la salud y el Estado.

“En la niñez, el cuidado recae en terceros; sin embargo, en la adultez las personas deben asumir un rol activo en la adopción de estilos de vida saludables. Los equipos de salud deben promover controles preventivos y educación en salud mental, mientras que las políticas públicas deben asegurar condiciones estructurales que favorezcan el envejecimiento saludable”, indicó.

La investigadora y doctora en Investigación Gerontológica concluyó señalando que esta publicación es un llamado urgente a repensar el abordaje de la demencia en Chile:

“La prevención no comienza en la vejez, sino en la infancia. Promover una vida saludable es promover un envejecimiento digno, con mayor bienestar y autonomía”.