La vacuna, descubrimiento o invención
La historia hace honor al médico británico, Edward Jenner (17/05/1749 – 27/01/1823), debido a su descubrimiento, invención o estudio, sobre las observaciones efectuadas en una ordeñadora de vacas lecheras, que se creía protegida de la Viruela, porque había contraído Viruela vacuna (Vaccinia). Una enfermedad normalmente leve y poco común en el ganado lechero, que se puede contagiar, en el momento del ordeño, por medio del contacto de las manos erosionadas con las llagas en los pezones. Jenner, en el año 1796, replicó experimentalmente la situación anterior, en un niño de ocho años, obteniendo buenos resultados, demostrando que la materia de la Viruela vacuna, que se había transferido de una persona a otra, como una cadena humana, había brindado protección contra la Viruela. Por tal motivo, se señala que la contribución principal de Jenner, no fue que inoculó a algunas personas con la Vaccinia (en español: vacuna), si no que después demostró que eran inmunes a la Viruela. Por eso se le reconoce como el padre de la Inmunología.
Sin embargo, se sabe que en la antigua Grecia, se detectó que las personas que se recuperaban de determinadas infecciones, quedaban con una protección contra la enfermedad en cuestión. Esto quedó de manifiesto en un escrito que trata sobre la Plaga de Atenas (430 A.C.), donde el historiador y militar Tucídides, descubrió que las personas que habían superado un ataque de la enfermedad eran capaces de cuidar a los enfermos sin contagiarse. Hoy en día, esto se conoce como inmunidad.
Por otra parte, la inoculación de la Viruela (Variolización o Variolación), comenzó a ser practicada en las clases populares, originariamente en China y la India; donde una leyenda del siglo XI dice: “el secreto de la variolización fue transmitido por un taoísta inmortal del Monte Omei (sudoeste de China)”. Pero, es más cierto que a lo largo del siglo XVI, fuera practicada inicialmente por el médico chino Nie Jiuwu, de la provincia de Jiangxi. Mayores antecedentes, se encuentran documentados en diversas fuentes chinas durante el XVII. Desde allí pasó al mundo occidental en los inicios del siglo XVIII.
Entonces, existían tres métodos de Variolización: El primero consistía en introducir en los orificios de la nariz, un pedazo de algodón empapado de pus extraído de pústulas frescas, cogidas de individuos que padecían la enfermedad de forma suave. El segundo utilizaba costras desecadas y pulverizadas, recogidas un año antes, que igualmente y mediante un tubo de bambú se introducían por los orificios nasales; a los niños en la ventana nasal izquierda y a las niñas en la derecha. El tercero, consistía en poner a un niño sano las ropas usadas de un varioloso.
Importante destacar que, la aristócrata británica, Lady Mary Wortley Montagu (1689 - 1762), años antes, cuando Jenner, ni siquiera había nacido, difundió por Europa, la práctica de inocular a niños y jóvenes con pus de enfermos, para inmunizarles frente a la Viruela. El mismo procedimiento descrito en China y la India que se extendió a toda Asia. Adquirió ese conocimiento cuando se trasladó a Constantinopla en 1716 (actual Estambul). Ella misma había sufrido tal enfermedad a la edad de 26 años, y que además, había terminado con la vida de su hermano.
En Chile, el sacerdote y médico, Pedro Manuel Chaparro (1746 – 1811), recibió su título de médico, el 20 de julio de 1772. No obstante, antes de matricularse como alumno de Medicina, y con 19 años de edad, tuvo una temprana y autodidacta iniciación en las técnicas de inoculación antivariólica. Motivado por la grave epidemia de Viruela, del año 1765, inició en Santiago, las inoculaciones de pus de las pústulas de los variolosos, previniendo la enfermedad. Existen registros que señalan que, excedieron en número de cinco mil, las personas inoculadas y ninguna pereció.
Al revisar los antecedentes históricos, llama la atención que, existen datos suficientes para comprobar, anterior a Jenner, o de forma paralela a sus estudios, que otros(as), de manera autodidacta, por simple coincidencia o de manera consecuencial producto de la naturaleza, tenían conocimiento de la Viruela, y los efectos (inmunológicos) de la misma sobre el cuerpo humano.
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La actual pandemia, COVID - 19, llegará a su control, tal vez a su fin, pues, Montagu, Chaparro, Jenner, y tantos otros, producto de la observación y experimentación directa, aunque de manera rudimentaria, lograron vencer otra pandemia de características, incluso, más catastróficas.