Tomando en consideración que, el sistema inmunitario más vulnerable, como es el caso de enfermos de diversa índole, ancianos y niños, constituyen una población de riesgo frente a diversos microorganismos presente en el aire, y que el clásico tratamiento de desinfección de instalaciones no los elimina; el ozono, sería la herramienta efectiva en el tratamiento desinfectante de ambientes, incluidos animales de compañía. Siendo muy seguro, económico y de fácil aplicación.

Es importante mencionar que, la utilización del ozono, no busca revertir los problemas de salud declarados, especialmente los del actual COVID – 19. Sino más bien, tiene efectos preventivos debido a que, tanto virus como hongos y bacterias, fuera del organismo son muy vulnerables, y eliminarlos es relativamente sencillo mediante tratamientos de desinfección con ozono. Este gas es 10 veces más potente que el cloro. Además, en general, al compararlo con otros desinfectantes, requiere de menor concentración y tiempo de contacto.

Su principal forma de actuar se basa en la oxidación directa de la pared celular, provocando la rotura de dicha pared, generando literalmente un “vaciamiento” celular. Por otra parte, también causa daños a los constituyentes de los ácidos nucleicos (ADN y ARN), produciendo la ruptura de enlaces carbono-nitrógeno, lo que da lugar a una despolimerización, de especial interés en el caso de desactivación de todo tipo de virus.

El ozono, además, posee propiedades analgésicas y anti-inflamatorias. Mejora la calidad de vida del usuario, no interfiriendo con los tratamientos médicos tradicionales y/o naturistas. Con esto también se logra que, después de algunos ciclos de tratamiento, el sistema inmunológico sea capaz de restituir de manera natural el equilibrio, controlando la infección, sin efectos secundarios para el paciente. Se puede usar antes, durante y después de la enfermedad.

Existen, comercialmente, equipos generadores de ozono (ozonificadores), pero con conocimientos básicos de electricidad y electrónica, se puede construir uno propio.