El origen del perro
Tal vez producto del frío imperante, la escasez de alimentos y el aislamiento, se produce el acercamiento del lobo salvaje hacia el ser humano, con el propósito de obtener calor y alimentación, por parte de éste.
Existe información que señala que, al noreste de Asia, algunas manadas de lobos comenzaron a cambiar su forma de vida, dejaron de ser competidores y cazadores, para comenzar a ser más receptivos a la figura humana. Para entonces, el hombre comenzaba a permanecer más tiempo en los lugares, así los lobos se acercaban para comer los desperdicios que este tiraba. Desde entonces se volvieron inseparables y amistosos.
La evolución del perro, está estrechamente relacionada a su domesticación, donde las diversas culturas de la humanidad, lo han valorado en diversas formas, incluso atribuyéndole características divinas.
El antiguo Egipto fue el primero en domesticarlo. Se le usaba para el pastoreo, la caza y la guardia. Los amos más pudientes, encargaban que sus perros, al morir, los embalsamaran y pusieran en tumbas junto a ellos, llegado el momento. Se sabe que, Anubis, era el dios de los muertos, responsable de las ceremonias fúnebres y los embalsamamientos; se mostraba como un ser con cuerpo humano y cabeza de perro.
En Grecia, se le consideraba ser una figura creada por el dios, Hefestos, otorgándole una posición superior al resto de los animales. Por otro lado, Cerbero era un perro de tres cabezas que vigilaba las puertas del inframundo de Ades, impidiendo la entrada a los vivos y la salida a los muertos.
Ya durante el imperio Romano, los perros desempeñan el papel de guardianes de rebaños y casas. Además eran soldados de batallas y campañas, portando armamentos especiales para el ataque.
Es importante destacar que, la naturaleza social del perro, va generando cada vez más un encuentro amistoso con el ser humano, un acto de reciprocidad mutua. Se puede apreciar esta valoración, debido a que durante el Renacimiento, nace el interés por su cuidado sanitario, que se ve reflejado por la aparición de los primeros tratados de medicina veterinaria y de pinturas que hacen referencia al perro como animal de caza y de compañía en familias reales y de las aristocracia.
No es novedad decir que, el perro, desde que fue domesticado (o permitió serlo), es considerado como un integrante más de la familia, un elemento importante, sobre todo para los niños pequeños.
Existe hoy en día, toda una industria: Sanitaria, de vestuario, cosmética y de transporte, incluso joyería, para engalanar a estos peludos amigos del ser humano.