El abuso del lenguaje amenaza la convivencia y la democracia
Grandes esfuerzos realizan docentes, desde el nivel parvulario hasta 4° grado de enseñanza media, para incrementar el conocimiento de la lengua en niñas, niños y jóvenes. Se define como educación de calidad a aquella que dota a estudiantes de mayor vocabulario y de capacidades y habilidades de lectoescritura, es decir, de leer y escribir adecuadamente, ampliando así la apertura de su comunicación con el entorno social en que se desenvuelven. Quienes poseen un buen dominio de la lengua ganan en dignidad porque mientras más rica es la comunicación, mejor es la interacción entre personas, más fuerte es la construcción social y más sólida es la democracia.
Pero el desarrollo del lenguaje no ocurre sólo en el ámbito escolar. Su enriquecimiento o degradación se da también a través de los medios de comunicación y redes sociales. Es en esta dimensión que líderes y autoridades tienen una gran responsabilidad en el uso del lenguaje, ya que lo que dicen, y principalmente, cómo lo dicen, es el ejemplo a seguir por miles o millones de personas.
Parece habitual que se utilice la palabra exceso en vez de crímenes o de errores en vez de delitos y ya nadie parece alarmarse. Esta conducta de abuso del lenguaje ha llegado a tal punto que, hace un par de semanas atrás, el Presidente de la República, Sebastián Piñera se refirió a la situación en que dos niños fueron baleados por Carabineros al ingresar a un centro del SENAME (Servicio nacional de Menores) como “niños accidentados”. Más preocupante aún fueron las declaraciones del Subsecretario del Interior, Juan Francisco Galli, quien describió las armas que tenía en su poder la banda que amenazó de muerte a la fiscal Ximena Chong “como utensilios”.
En Fundación Semilla somos extremadamente cuidadosos en el uso del lenguaje porque sabemos que abusar de él genera violencia. Nuestro ámbito es educación socioemocional, ciudadanía, convivencia y prevención de violencias, y por ello debemos ser ejemplo para las comunidades escolares en que desarrollamos nuestras actividades. Tan importante como el contenido, son las formas en que se trasmite el mensaje.
Sabemos que el lenguaje construye realidades. Su buen uso acrecienta la confianza, abusar del lenguaje degrada a las personas y constituye una amenaza directa a la convivencia y a la democracia.
Marcelo Trivelli
Presidente Fundación Semilla